El amor de la Navidad no se impone por la fuerza
“El pesebre nos dice que Él nunca se impone con la fuerza. Recordad bien esto, chicos y chicas: el Señor nunca se impone con la fuerza.
Para salvarnos no ha cambiado la historia con un milagro grandioso. Ha venido con gran sencillez, humildad, mansedumbre.
Dios no ama las imponentes revoluciones de los potentes de la Historia y no utiliza la varita mágica para cambiar las situaciones.
Se hace pequeño, se hace niño, para atraernos con amor, para tocar nuestros corazones con su humilde bondad; para conmover con su pobreza a quienes se esfuerzan por acumular los falsos tesoros de este mundo”
(Papa Francisco)
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