Sin lujos, en condiciones pobres, con una vida llena de oración y trabajo.
Todo ello fruto de una fe profunda y comprometida con Jesús y su Evangelio. Llevando al máximo el compromiso cristiano de abandonar todo por seguirle.
Para Viator, Jesús es el centro de su vida.
En el desierto la vida era muy dura y tenían que dedicarse a un trabajo muy sacrificado para subsistir.
Pero fundamentalmente era una vida de oración y de meditación.