Un cristiano comprometido.
Cristiano de su tiempo, en plena época romana, en Lyon (Francia). Parece ser que en esta época y en esa zona no había persecuciones a los cristianos. Pero seguro que no resultaba fácil ser cristiano.
Lector.
Era un ministerio que se desarrollaba en la Iglesia y que llevaba consigo el ser custodio de los Libros Sagrados. Algo muy importante en esa época de muy escasos libros.
Además leía a la Asamblea cristiana la Sagrada Escritura en las celebraciones litúrgicas y en las reuniones solemnes.
Cantor.
Era un oficio ligado a la función del lector. Suponía entonar los cantos y las salmodias de las celebraciones. El P. Luis Querbes dará mucha importancia a este aspecto del canto litúrgico
Catequista.
Es decir, transmitir la fe a los catecúmenos, en concreto a aquellos que comenzaban su acercamiento a la fe cristiana. Fundamentalmente a los niños y jóvenes, algo en lo que se fijó el P. Luis para tomarlo como modelo y poner el lema a su Institución de “Sinite párvulos venire ad me”. Dejad que los niños se acerquen a mí.
Acompañante del Obispo.
Posiblemente su secretario. De la decisión tomada de acompañarle al desierto, se deduce que Viator y Justo mantenían una estrecha relación, posiblemente como un hijo con su padre, como un maestro y un discípulo fiel.