Navidad es como el dedo anular. Es el cuarto dedo.
Aunque a muchos les sorprenda, es nuestro dedo más débil, como te lo puede decir cualquier profesor de piano.
Debe recordarnos orar por los más débiles, con muchos problemas o postrados por las enfermedades.
Necesitan tus oraciones de día y de noche. Nunca será demasiado lo que ores por ellos.
También debe invitarnos a orar por los matrimonios. En Navidad ora por todos ellos.